Rubios

Cada vez que veo más de tres rubios en una escena de cualquier película, automática e involuntariamente digo “qué racista” o “¿no podían teñirse al menos, forros?”. Como que si se juntan varios blanquitos, es porque están tramando alguna maldad, un plan para conquistar el mundo y matar a todos los negros, amarillos, azules, verdes y violetas. A los meses de encierro del año 2020 me los pasé viendo cine chino, coreano y japonés. No soy tan bueno en matemáticas, pero creo que el noventa y nueve por ciento de los actores eran asiáticos. Los pocos extranjeros tenían papeles extremadamente irrelevantes y en la mayoría de las ocasiones cumplían con los estereotipos más básicos (como un morochón africano musculoso en el rol de un semental, un gringo recomendándole a un chino ser más abierto sexualmente, o un jugador de básquet estadounidense riéndose en la cara de un par japonés). En 2018, Hollywood celebraba su “Crazy Rich Asians”, un film con casting mayoritariamente asiático. Algo parecido a lo que sucedió entre los africanos al ver la “Black Panther” de Marvel. Yo, que en mi sangre tengo una mezcla de todas las sangres, que no necesito tomar sol para estar moreno, que tengo ojos claros y algún que otro rasgo facial que parece árabe, pienso: ¿no es lo mismo pero pintado de otro color? Es como hacer un programa con integrantes femeninos en su totalidad para reclamar el terreno perdido por años ante los hombres. No sé si existirá eso —espero que no—, pero lo uso de ejemplo. O objetivizar a un hombre rubio y bien torneado, de buen porte, pelo largo porque a las mujeres les hicieron lo mismo por años. Me suena muy a ojo por ojo, diente por diente; a arrancarse la cabeza de un tajo; a solucionar un problema con otro problema, idéntico pero del otro lado del espejo. Muy probablemente esté equivocado; soy un latino que parece blanco y soy un hombre que (muchas veces) parece varón. Quiero decir que la historia fue terrible, no hay santos, y hay que recordar lo que pasó para evitar las mismas atrocidades en el futuro (o el presente). Los árabes esclavizaron a otros africanos, los chinos compraban negros o los recibían de regalo, los mongoles esclavizaron a todo el mundo, y los europeos, ya sabemos lo que hicieron, y por eso odiamos a los rubios, gringos y blancos leche pasteurizada. Me voy a ver una serie alemana, “Dark”; dicen que está buena.

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