Nanjing

Capital de la Educación, la Ciencia, la Cultura, el Arte y el Turismo para los más nuevos, Capital del cielo para los antiguos. Nanjing es uno de los sitios más hermosos de China. Y no lo es por su imponente Muralla, ni por su vistoso paisaje o la paz presente en sus templos. Nanjing es también Mei Yang.

Mei Yang, o Yang a secas para los hispanohablantes, es mi amiga. La conocí en Beijing cuando ella realizaba sus prácticas en el Departamento de Español de Radio Internacional de China. Desde un comienzo quedé fascinado con su prodigioso intelecto, con su siempre interesante conversación y con su polivalencia idiomática. Mei Yang es una joven veinteañera capaz de citar a Lacan textualmente, de traducir a Confucio al español o inglés en un instante y de relatar un gol de la liga china, todo en menos de cuatro oraciones. He conocido pocas personas tan amables como Yang y la bondad de su ser se expresa no solo en sus acciones sino en sus palabras selectas.

En mi visita a la capital del sur, Mei Yang me indicó el sitio en el que se encuentra emplazado el Museo de la Masacre de Nanjing. Ese mismo día, Yang sufrió una leve descompensación en su estómago y no pudo hacerme compañía.