Inspiración de genio
Messi eligió una pelota para expresar su inspiración de genio. Así lo hicieron en su momento Maradona, Sócrates y Pelé. Hubiera podido ser un pincel o una pluma de tinta oscura o un violín; pero su elección fue un esférico de cuero de vaca pampeana. Habría logrado exposiciones en París y Milán o nominaciones al Premio Nobel de Literatura o cientos de Grammy. Escogió una pelota. Ganó el reconocimiento del mundo entero y las críticas de un país todo, el suyo, el nuestro. No me gusta en demasía el fútbol, no sigo las ligas ni sé cómo va el mercado de fichajes, sí me quitan el aliento una gambeta y un disparo al ángulo. Messi es el arte hecho deporte, realizado en juego bonito. Pero en el juego se gana y se pierde. Y, cuando se pierde, los que apuestan se enfadan y no respetan al artista de corazón, al que merece ovaciones por cada solo, cada pincelada y cada letra que se vuelca en el césped.
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