Experto en políticos

Tengo un amigo que dice saber de política. Según él, nadie sabe más que él.

Para mi amigo, saber de política significa estar al tanto de quién se acostó con quién, a dónde va a comer el candidato de tal partido, de la pelea que tuvieron dos personas en un café, del esposo de la ministra que no se baña desde hace un mes, o del chofer del gobernador que se sacó la lotería.

Mi amigo es real, no una figura poética, pero ese amigo también es (o podría ser, según mi experiencia) gran parte de los que dicen saber de política.

Hace años renuncié a ese conocimiento, tentador, tan tentador como saber qué perfume usa la vedette del momento o qué marca de calzones usan los jugadores de Banfield.

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