Derecho a dar placer
Sinceramente, Amsterdam me pareció un lugar bastante insulso.
Se puede ver a un obrero descansando mientras fuma un porrito tranquilo y sin esconderse, o visitar la Zona Roja y observar una exposición de compra-venta de sexo. Es todo legal.
En los Países Bajos aceptan que el ser humano gusta de los placeres mundanos y sus leyes no van en contra de eso; más bien, dan contención a quienes trabajan en esos rubros tan condenados en otras latitudes.
Aunque todo está permitido, la gente vive una vida común y corriente, dándose un gusto de vez en cuando. (No se trata de una orgía continua ni nada por el estilo).
Las que en otros países son prostitutas marginadas, en Holanda son trabajadoras sexuales con derechos laborales y trabajo en blanco.
Esta historia, tan linda y colorida, comenzó el 3 de junio de 1975, cuando más de un centenar de prostitutas francesas alzaron la voz.
Fue el principio del cambio. La lucha sigue.
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